¿Qué es el síndrome del ojo seco?

El síndrome del ojo seco, también conocido como queratoconjuntivitis seca o disfunción lagrimal, es una condición en la que los ojos no producen suficiente lágrima o la calidad de las lágrimas es deficiente, provocando sequedad, irritación y molestias en los ojos.

¿Qué síntomas tiene el síndrome del ojo seco?

  • Sensación de arenilla en los ojos
  • Enrojecimiento ocular
  • Picazón
  • Sensibilidad a la luz
  • Visión borrosa
  • Fatiga visual
  • Lagrimeo excesivo como respuesta al ojo seco
  • Dificultad para usar lentes de contacto

¿Cómo se detecta el síndrome del ojo seco?

Para detectar el síndrome del ojo seco, se pueden realizar diversas pruebas y exámenes, como:

  • Examen ocular completo
  • Test de Schirmer: mide la cantidad de lágrimas producidas
  • Tinción con fluoresceína o lisamina verde: evalúa la calidad de las lágrimas y la superficie ocular
  • Medición del tiempo de ruptura de la película lagrimal (BUT)

¿Cómo se trata el síndrome del ojo seco?

El tratamiento del síndrome del ojo seco puede variar según la causa y la gravedad, incluyendo:

  • Uso de lágrimas artificiales o lubricantes oculares
  • Oclusión de los conductos lagrimales
  • Uso de medicamentos antiinflamatorios, como corticosteroides o ciclosporina
  • Terapia con luz pulsada intensa (IPL)
  • Modificación del estilo de vida, como evitar el uso excesivo de dispositivos electrónicos o usar humidificadores

¿Cuáles son las complicaciones de el síndrome del ojo seco?

Las complicaciones del síndrome del ojo seco, ordenadas por rareza, pueden incluir:

  • Infecciones oculares: por la disminución de la protección proporcionada por las lágrimas
  • Úlceras o abrasiones corneales: debido a la sequedad persistente
  • Disminución de la calidad de vida: por la molestia y fatiga visual constante
  • Cicatrización corneal: en casos extremadamente severos y raros.

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