¿Qué es un retinoscopio?

Un retinoscopio (o espejo de Skiascopía) es un instrumento óptico utilizado para evaluar el poder refractivo del ojo. Sirve para determinar la prescripción adecuada de gafas o lentes de contacto en pacientes con problemas de visión.

¿Cómo funciona un retinoscopio?

El funcionamiento del retinoscopio se basa en la emisión de luz hacia el ojo del paciente y la observación de la reflexión de la retina. Al variar las lentes en frente del ojo, el profesional busca neutralizar el movimiento del reflejo retiniano, lo que permite estimar la refracción y, así, identificar el grado de miopía, hipermetropía o astigmatismo del paciente.

¿Qué patologías detecta el retinoscopio?

Las principales patologías que el retinoscopio puede detectar son:

  1. Miopía
  2. Hipermetropía
  3. Astigmatismo
  4. Presbicia

¿Cómo se utiliza el retinoscopio?

Para usar el retinoscopio, sigue estos pasos:

  1. El paciente se sienta frente al optometrista y enfoca una carta optométrica o un punto fijo.
  2. El optometrista sostiene el retinoscopio cerca de su propio ojo y emite un haz de luz hacia el ojo del paciente.
  3. Observa la reflexión de la retina y cómo se mueve el reflejo retiniano.
  4. Coloca diferentes lentes frente al ojo del paciente hasta neutralizar el movimiento del reflejo retiniano.
  5. Registra la refracción obtenida con cada lente y determina la prescripción adecuada.

¿Cuál es el mejor retinoscopio?

El mejor retinoscopio depende de las necesidades y preferencias del profesional. Hay dos tipos principales de retinoscopios: manual y automático. El retinoscopio manual brinda mayor control y precisión, pero requiere más habilidad. El automático ofrece mayor comodidad y rapidez, siendo ideal para profesionales con menos experiencia. Ambos tipos pueden proporcionar resultados precisos y confiables si se utilizan correctamente.

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