Las glándulas lagrimales, también conocidas como glándulas lacrimales, son órganos exocrinos responsables de producir lágrimas. Están ubicadas en la parte superior externa de cada órbita ocular, en la región superolateral del ojo. Anatómicamente, se dividen en dos partes: la glándula lagrimal principal y las glándulas lagrimales accesorias. La glándula principal es de mayor tamaño y es la principal fuente de producción de lágrimas, mientras que las accesorias están dispersas en la conjuntiva y contribuyen a la producción de lágrimas en menor medida.
¿Cuáles son las funciones de las glándulas lagrimales?
Las glándulas lagrimales desempeñan diversas funciones esenciales para la salud ocular. Estas incluyen:
- Lubricación: Las lágrimas actúan como un lubricante, reduciendo la fricción entre el párpado y la córnea, facilitando el parpadeo y evitando lesiones en la superficie ocular.
- Nutrición: Las lágrimas proporcionan nutrientes y oxígeno a la córnea y la conjuntiva, tejidos que carecen de vasos sanguíneos.
- Protección: Las lágrimas contienen enzimas y anticuerpos que ayudan a proteger el ojo de infecciones y agentes patógenos.
- Limpieza: Las lágrimas ayudan a eliminar partículas y cuerpos extraños de la superficie del ojo, manteniendo la visión clara y previniendo irritaciones.
¿Qué enfermedades afectan a las glándulas lagrimales?
Diversas enfermedades y trastornos pueden afectar las glándulas lagrimales, incluyendo:
- Dacrioadenitis: Inflamación de la glándula lagrimal, generalmente causada por una infección bacteriana o viral.
- Síndrome de Sjögren: Trastorno autoinmunitario que afecta las glándulas productoras de humedad, incluyendo las glándulas lagrimales, provocando sequedad en los ojos y boca.
- Obstrucción del conducto lagrimal: Bloqueo en el sistema de drenaje de las lágrimas, lo que puede causar acumulación de lágrimas y posibles infecciones.
- Tumores de la glándula lagrimal: Crecimientos anormales en las glándulas lagrimales, que pueden ser benignos o malignos.
- Ojo seco: Condiciones donde las glándulas lagrimales no producen suficiente cantidad o calidad de lágrimas, provocando sequedad, irritación y enrojecimiento en los ojos.
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