El coroides, también conocido como coroide o coroido, es una parte del ojo situada entre la retina y la esclerótica. Esta capa vascularizada y pigmentada forma parte del sistema uveal, que también incluye el iris y el cuerpo ciliar. La estructura fisiológica del coroides consta de numerosos vasos sanguíneos y melanocitos, responsables de su color oscuro. Estos vasos sanguíneos proveen oxígeno y nutrientes a la retina y otras estructuras oculares.
¿Cuáles son las funciones del coroides?
El coroides desempeña funciones esenciales para la salud visual:
- Suministro de nutrientes: los vasos sanguíneos presentes en el coroides transportan oxígeno y nutrientes a la retina y otras estructuras del ojo.
- Regulación térmica: el coroides ayuda a regular la temperatura dentro del ojo, evitando el sobrecalentamiento y contribuyendo a mantener la función adecuada del tejido ocular.
- Absorción de luz: la pigmentación oscura del coroides, debido a la presencia de melanocitos, absorbe la luz y evita que se refleje dentro del ojo, lo que podría causar deslumbramiento y reducir la calidad de la visión.
- Protección inmunológica: el coroides forma parte del sistema uveal, que tiene funciones inmunológicas y protege al ojo de infecciones y otros agentes patógenos.
¿Qué enfermedades afectan al coroides?
- Coroiditis: inflamación del coroides, que puede ser causada por infecciones, enfermedades autoinmunitarias o traumas oculares.
- Coroidopatía serosa central: acumulación de líquido debajo de la retina, causando visión borrosa o distorsionada.
- Desprendimiento coroideo: separación del coroides de la esclerótica, que puede ser resultado de un traumatismo ocular, inflamación o cirugía ocular.
- Degeneración macular asociada a la edad (DMAE): enfermedad progresiva que afecta la mácula y puede llevar a la pérdida de la visión central.
- Neovascularización coroidea: crecimiento anormal de vasos sanguíneos en el coroides, que puede llevar a complicaciones como el desprendimiento de retina o la hemorragia subretiniana.
Te puede interesar: