La conjuntiva es una membrana delgada y transparente, que cubre la parte frontal del ojo y se extiende hacia el interior del párpado. Anatómicamente, se divide en tres partes: conjuntiva bulbar (recubre la esclera), conjuntiva palpebral (recubre el párpado) y conjuntiva tarsal (parte de la conjuntiva palpebral que se adhiere al tarso). Fisiológicamente, la conjuntiva está compuesta por células epiteliales, tejido conectivo y vasos sanguíneos.
¿Cuáles son las funciones de la conjuntiva?
Las funciones de la conjuntiva incluyen:
- Protección: actúa como barrera contra partículas extrañas y microorganismos.
- Lubricación: ayuda a mantener la humedad y permite el movimiento suave del párpado sobre la superficie ocular.
- Inmunidad: contiene células del sistema inmunológico que contribuyen a la defensa del ojo.
- Nutrición: los vasos sanguíneos en la conjuntiva suministran oxígeno y nutrientes a las células.
- Secreción: las células de la conjuntiva producen moco y lágrimas que ayudan a mantener la superficie ocular húmeda.
¿Qué enfermedades afectan a la conjuntiva?
Algunas enfermedades que afectan la conjuntiva son:
- Conjuntivitis: inflamación de la conjuntiva, causada por infecciones bacterianas, virales, alergias o irritantes.
- Pterigión: crecimiento anormal de la conjuntiva sobre la córnea, que puede afectar la visión.
- Pinguecula: abultamiento amarillento en la conjuntiva, causado por la exposición al sol, viento o polvo.
- Queratoconjuntivitis seca: disminución de la producción de lágrimas, que puede causar sequedad e irritación en la conjuntiva y la córnea.
- Tumores conjuntivales: crecimientos anormales en la conjuntiva, que pueden ser benignos o malignos.
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